Los coches de choque en silencio: una feria de abril también para autistas “¡Bien, sin ruidos!”. Brazos en alto, Hugo, de 10 años, ha gritado de manera espontánea al llegar a la zona de las atracciones de la Feria de Sevilla, denominada la calle del infierno y que soporta el mayor nivel de ruido de esta multitudinaria fiesta. Este lunes, por primera vez en sus 173 años de historia, la celebración primó el silencio sobre la música a toda pastilla durante cuatro horas, para que los jóvenes con Asperger (un tipo de autismo) disfrutaran de los coches locos, la noria o el barco vikingo. La costumbre de estos niños con hipersensibilidad es evitar la feria por su ruido atronador, luces cegadoras, multitudes y empujones que saturan su capacidad sensorial y les impele a refugiarse en casa.
“¡Bien, sin ruidos!”. Brazos en alto, Hugo, de 10 años, ha gritado de manera espontánea al llegar a la zona de las atracciones de la Feria de Sevilla, denominada la calle del infierno y que soporta el mayor nivel de ruido de esta multitudinaria fiesta. Este lunes, por primera vez en sus 173 años de historia, la celebración primó el silencio sobre la música a toda pastilla durante cuatro horas, para que los jóvenes con Asperger (un tipo de autismo) disfrutaran de los coches locos, la noria o el barco vikingo. La costumbre de estos niños con hipersensibilidad es evitar la feria por su ruido atronador, luces cegadoras, multitudes y empujones que saturan su capacidad sensorial y les impele a refugiarse en casa.
Vall d’Hebron y la Federació Catalana de Autismo mejoran la atención a la neurodiversidad con M’adapTU, una filosofía de trabajo para hacer más accesible y amable el entorno hospitalario