Niñas con autismo que disimulan los síntomas: un ‘camuflaje’ que complica el diagnóstico
No hay dos trastornos del espectro autista (TEA) iguales. Parecidos, si acaso, pero variables en sintomatología y grado de severidad. Esta condición, que sufre el 1% de la población, afecta, sobre todo, a la comunicación e interacción social, aunque no siempre es fácil detectarla. De entrada, se presenta más en niños que en niñas, con una proporción de cuatro a una, pero los expertos sospechan que puede tratarse de una infradetección en el caso de las chicas. Entre otras cosas, por el fenómeno del camuflaje: las niñas con casos más leves aprenden a enmascarar los síntomas —mejorando la comunicación no verbal, por ejemplo— para encajar socialmente, explican las especialistas consultadas. Esto provoca que su cuadro clínico pase más desapercibido y complica la detección. Para solventarlo, investigadores de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica están ultimando una herramienta de apoyo que evite falsos negativos en los diagnósticos.
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